La curiosidad es un rasgo distintivo del humano, es el comienzo de la
búsqueda del saber, en mi caso por algunos temas, especialmente los que tiene
que ver con el inframundo; todo lo relacionado con las almas que moran en los
distintos planos astrales, no desperdiciaba la oportunidad de indagar sobre
temas relacionados con esto.
Las fuentes bibliográficas y documentales eran escasas, más por los temores
religiosos y moralistas que por su dificultad para comprarlas. Pero siempre hay
una fuente, y en este caso la tenía muy cerca de mí, una pequeña biblioteca que
estaba en casa de mi abuelo.
Mi viejo era una persona con muchos kilómetros recorridos en la vida,
conoció muchos lugares y personas de las cuales siempre tenía algo que contar,
momentos de su vida y a veces historias que inventaba, nos entretenía y nos hacían
imaginar sobre sus aventuras. Gustaba de asustarnos con relatos de almas en
pena, muertos vivientes, animales asesinos, vampiros, psicópatas y cuanta
historia se le ocurría, incluso alguna vez nos platico cuando su dentadura
postiza cobro vida y mordió al perro para alejarlo de la cocina.
Una tarde después de salir de la prepa llegue a casa de mis abuelos para
descansar un rato y esperar a que pasara un poco la lluvia. La casa estaba en
la colonia Roma, grande y antigua, bonita y escalofriante. Siempre creí que
algún día las muñecas de porcelana que tenía mi abuela cobrarían vida a media
noche y matarían a alguien, sus caras era tan bonitas que daban miedo, acorde a
la casa.
Después de pasearme por la cocina buscando algo de comida me dirigía a la
biblioteca.
Busqué en los libreros durante unos minutos algo para entretenerme un rato
y al no sentirme en ese momento atraído por algún texto observe un libro que se
encontraba en el escritorio de mi abuelo, su cubierta de piel negra hacia una
invitación a tomarlo y leerlo.
Era como un manual de brujería, lo que se llama un libro de las sombras. Lo
abrí y comencé a leer aleatoriamente en sus hojas hasta que encontré un
apartado que me llamó la atención. Hablaba sobre las apariciones de un demonio
que gozaba de hacer tratos con los hombres a cambio de bienes o placeres.
Continúe leyendo hasta que escuche un estruendo en el piso de donde me
encontraba. Solté el libro y me pare de la silla para buscar la causa del
ruido, no podía dejar de temblar, estaba temeroso de encontrar algo, lo que
fuera, en una situación de estas hasta el menor ruido altera a cualquiera. Vi
entonces como parte del pisó se había levantado, una especie de burbuja en las
lozas. Me acerque para observar detenidamente el fenómeno, no le encontraba una
explicación al levantamiento del piso. Al hincarme escuche detrás de mi otro
estruendo igual, esto hizo que me levantara muy rápido. Había aparecido otra
burbuja similar a la primera, no pude moverme.
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