Hoy comprendí el que en las conversaciones
con mi hija mayor había algo oculto. Después de vernos siempre yo le digo que
la amo. Al principio creí que su falta de respuesta de debía a que a su corta
edad no tenía una concepción de lo que significaba el recibir un te amo.
Una mañana por teléfono al yo como siempre
expresarle mi amor me respondió, me dijo lo que me esperaba que alguna vez me
respondiera a una edad adolecente, se adelantó su rebeldía. Lo que escuche fue
un sincero y doloroso Te Odio.
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