lunes, agosto 24, 2009

Libro de la Semana El Pendulo de Foucalult Umberto Eco

El día de hoy:

El Péndulo de Foucault. Umberto Eco.


La pasada navidad en el intercambio que se realizo en la casa paterna todos los participantes escribimos en un pintaron que nos gustaría que nos regalara, para eso de no recibir regalos que no queremos. Yo pedí este libro, el cual desde hace tiempo tenia interés en leer.


El libro trata sobre 3 investigadores de distintas ramas de conocimiento que laboran en una editorial en Milán. Empiezan a establecer comunicación con autores de libros interesados en ciencias ocultas, conspiraciones, sectas secretas etc.


Empiezan a bromear mezclando lo profesional con sucesos inverosímiles de sus vidas, pero estas bromas empezaran a convertirse en una pesadilla.


Casaubon, uno de los protagonistas es quien narra lo acontecido, comenzado por describir que se encuentra en el Conservatoire National des Arts et Métiers, donde está un Péndulo de Foucault, esperando un acontecimiento que ha de producirse en la noche inminente, del solsticio de Verano. Mientras espera, cuenta la mayor parte de la narración en forma retrospectiva, siempre recordando el pasado no muy lejano.

Habla sobre su juventud en la universidad de Milán donde realizo estudios de Filología e Historia. Cuenta que su tesis doctoral toma el tema sobre el juicio de los templarios así como su quema en la hoguera. El en esta etapa de su vida desecha las teorías de la conspiración al respecto. Explica su encuentro con los otros protagonistas de la novela, Jacopo Belbo y Diotallevi, trabajadores en la editorial universitaria Garamond.

El protagonista a pesar de no compartir ideas de conspiraciones y sectas ocultas accede a trabajar con Belbo y Diotavelli y se entrevista con Ardenti, un autor que quiere publicar una teoría de conspiración sobre los templarios el cual tiene como prueba de esta tesis un documento muy poco legible que supuestamente data de la época templaría. Después de haberse entrevistado Ardenti desaparece de manera sospechosa. Eso queda como un misterio y deciden dejarlo por la paz.

Después comienza a narrar su vida en Brasil, donde se siente confundido lo que llega a tocar sus convicciones ideológicas. En Brasil conoce a Agliè, un anciano estudioso del esoterismo y el hermetismo que les lleva a conocer los cultos y ritos de origen de Brasil.
Después de un tiempo regresa a Milán y se pone a trabajar para Garamond, es ahí donde conoce a Lia, con quien tendrá un hijo.

Aprovechando la época de gran auge de estos temas, Garamond les implica en un vasto proyecto editorial sobre ocultismo y esoterismo. Durante las selecciones y críticas editoriales a estas obras decidirán, para diversión, realizar una gran síntesis de todas las teorías en el llamado "Plan", pero basándose en principio en el documento de Ardenti. Sin embargo, lo que diseñan como un juego, un rompecabezas o un pasatiempo se convierte, a partir de un momento, en un dibujo cuyos siniestros personajes cobran vida, llegándose a la disolución entre lo imaginario y lo real tras la que personajes de su fantasía empiezan a aparecer en sus vidas para conducirlos a una cruel perdición cuyo momento máximo será en el Conservatoire.

La novela critica el esoterismo y las cuestiones de conspiraciones. Por un lado, el gran plan es dibujado por tres editores que intentan superar a los escritores de textos ocultistas, a quienes desprecian, como mera forma de evitar su aburrimiento. En un punto aún más satírico, para resolver algunos enigmas del plan llegan a recurrir al uso de un computador personal para que genere secuencias aleatorias de las que extraer información.

Umberto Eco muestra en la novela el método de investigación que emplean todos estos escritores, basado en las analogías. De dos objetos cualesquiera, primero se les busca una analogía, se les otorga una explicación y se intenta que esa explicación se apoye en otras analogías ya mencionadas.

Si se desea leer sobre esoterismo, sobre las diversas sociedades esotéricas, los templarios, hasta las nuevas sociedades misteriosas que hay en nuestros días, leer sobre textos ocultos, conspiraciones, etc. Tomen en cuenta este libro.

La novela es algo pesada y difícil de digerir en un principio, pero leyéndola con calma disfrutaran del desarrollo de la trama. Aparecen personajes como, Cristóbal Colón, Víctor Hugo, el Judío Errante, Julio Verne, Martín Lutero, Isaac Newton, Cagliostro, Napoleón, Wolfgang von Goethe, Karl Marx, Jasón, Voltaire, Woody Allen, los cátaros, etc. introducidos con la facilidad narrativa que Eco nos tiene acostumbrados y desde luego como todas sus obras parecen que ponen a prueba la paciencia del lector, si no está acostumbrado a su literatura deberá vencer esas primeras cien páginas, y después se le abrirá un mundo no esperado, en que tres editores de Milán, urden una broma para estafar a escritores esotéricos y así poder tener beneficios en sus editoriales por lo que urden un plan sobre un antiguo manuscrito para llegar a poseer el mayor de los poderes.

viernes, agosto 14, 2009

El Libro de la Semana: La Boca Pobre de Flann O´Brien

La Boca pobre de Flann O´Brien

Es la segunda novela de este autor irlandes, fue publicada en gaélico en 1941 y en 1964 se tradujo al inglés.
Es disparada, divertida, donde el protagonista es quien narra la historia con un estilo florido y amanerado que se contrapone con los orígenes y trayectoria del personaje vamos conociendo.

Es una crítica de la situación imperante de la población rural irlandesa a mediados del siglo xx. La identidad, real o impostada, es el principal tema de esta novela y el título de La boca pobre alude a una expresión gaélica que hace referencia a cargar las tintas sobre la pobreza y las penurias que se padecen, con objeto de obtener compasión y lástima, y los beneficios que estas reportan.
Aquí todos buscan ser lo que no son, como sucede en otras sociedades, en especial en lugares de poca densidad poblacional y con ciertas costumbres conservadoras.
La sátira fue siempre un elemento muy presente en la tradición gaélica, desde la poesía medieval al espléndido y dieciochesco Tribunal de la medianoche. Flann O’Brien lo sabía y contribuyó al género con esta estupenda novela.
Es una parodia de los libros que a principios del siglo pasado se publicaron en Irlanda, describiendo la tradicional pero miserable vida de los buenos irlandeses, así como una parodia de las ligas para el estudio de lo gaélico que surgieron por doquier y que, mientras investigaban la lengua y tradiciones irlandesas, prestaban escasa atención a las paupérrimas condiciones de vida de los estudiados que, por parecerles algo verdaderamente típico, consideraban que no debían cambiarse.
Sobre esa base construye O’Brien una novela que reproduce uno por uno los tópicos que llenaban las novelas que parodia. Su protagonista, Bonaparte O’Cúnasa, nos describe su vida en Corca Dorcha, una ficticia región irlandesa reducto de todo lo verdaderamente gaélico, dándonos a conocer su casa miserable, su familia, su primer y único día de escuela, sus relaciones con los vecinos y las distintas aventuras que jalonan su existencia de verdadero irlandés. Pero su casa, su familia, sus vecinos y toda su vida están descritos, con gran mordacidad.

El destino de los verdaderos irlandeses es expresado en esta novela donde siempre era, y sólo podía ser: criar cerdos, empaparse bajo los aguaceros que caían cada noche, comer papas o patatas, llevar pantalones grises en la niñez, que el primer día de escuela un profesor que no hablaba gaélico les cambiase su nombre.
Los diálogos y reflexiones de los personajes que intervienen en la historia cumplen la función de demostrar que todos son verdaderamente gaélicos, con sus «Válgame Dios» y sus «No habrá otros como nosotros».
Tampoco faltan en la historia las figuras de aquellos estudiosos que recorrían los caminos, gramófono en mano, buscando entrevistar a los ancianos de lugar para que en buen gaélico les contasen las historias de antaño. Aunque, en el fondo de una casa oscura, confundiesen a un cerdo vestido con pantalones grises con un anciano algo achispado y grabasen sus ronquidos felicitándose por haber obtenido una nuestra del gaélico más incomprensible, el de mejor calidad.A estas estrafalarias historias se mezclan las increíbles peripecias de O’Cúnasa y sus vecinos..

Sinceramente es una obra divertida, delirante, inteligente, que es muy recomendable.

miércoles, agosto 12, 2009

Las Vocales Malditas

Letra E

El Hereje Rebelde

En el verde césped del edén, celebre sede de creyentes, el decente Efrén se estremece. Tres deberes del mes lee en el templete del regente: "Defender el vergel del Hereje Rebelde, tener fe en el celeste jefe de tez perenne, ser excelente."
El membrete del Jefe es esplendente, se ve de Kermesse.
Esther se embellece enfrente de Efrén, es de temple terrestre, cree levemente en el deber, el degenere en vez de repelerle le vence. Se ven brevemente, temen se decrete el envejecer, se envenene el éter, se cercene gente, se eleve el jerez.
Desde el estrés del Jefe el edén decrece, el excedente le pertenece, se ejercen leyes dementes, se debe beber detergente en vez de leche, ser pelele, ser pedestre, ser deferente; es menester entretenerse en tejer redes, en prender rebeldes. En el este, trece rehenes perecen de sed; en el frente fenecen de herpes, de peste. El edén ennegrece, se pretende reprender herejes, perderles.-¡Eh, Esther, ven!, relee el deber. El jefe se excede.
-¿Prevees el tren del semestre?...
Me enteré del brete de gente decente en el este: nenes, bebés perecen. El clemente es el Hereje Rebelde: desprende el ente del crecer, mete el entender, cede excelentes mercedes. El Rebelde merece el belvedere…-Esther, eres efervescente. Ten en mente el menester del Jefe, es rete vehemente, de repente crece, reverdece, expele seres…
-Ese vejete me prende. Es jefe, regente, gerente. Perennemente deberes: “llévenme el neceser”, “llénenme de peces”, “repten”, “trepen”, “dejen de verme”, “récenme preces”, “enderécense”, “respétenme”, “festéjenme”, “perseveren”, “refrénense”, “esperen”, “vegeten”, “déjense”.
Se cree el Ser, el Tres Reyes; es el jején del edén.
-¡Esther! ¡Detente! ¿Pretendes descreer de Él?
-¡Efrén, temerle es endeblez! ¡El presente debe ser del Rebelde! Él es terrestre, es el envés del Jefe. De él es ese “dejen de depender”, ese “mézclense”, ese “bésense”, ese “deséense”. El entender debe extenderse.
-¡Esther, se te mete el Rebelde!-¡Emerge Efrén!, eres decente. Despréndete de ese pelele, es memez de bebel. Ve de frente, mereces se te respete, se te deje beber, expeler néctar, tenderte en el césped. Mereces se te revele el ser del éter celeste, se te eleve, se te deje emprender. El emprender es el eje del entender…
-Efrén se mece: es el deber del Jefe enfrente del descreer rebelde; teme le desherede, le eche del edén, le fleten de res, le llenen de herretes; Esther le embebe, se mete en él, le vence: “Tenerme en el césped… tenerme trece veces… excederte… es… es… excelente Efrén”.
De repente el éter emerge del celeste Jefe: “¡Ejem! ¡Dejen de entenebrecerme, seres febles! ¡Vermes! Refléjenme, venérenme, échense, desesperen. Les generé de heces en el retrete del desdén, les presté el verde edén. Les exenté de fenecer. Les estrellé el éter. Les enderecé el pesebre. Les enseñé el deber… ¡Me entenebrecen, seres herejes, les perderé! ¡Recelen! Efrén, desde este mes debes merecer el jerez. Te meteré vehemente sed. Este deber te merme, te reste, te cercene… Esther, eres gente terrestre, plebe de rebelde, te he de vencer. Desde el Belem, Efrén te despeche, te cele, te frene…”
El Jefe les expele, les mete reveses dementes, el eje del edén cede, el templete se estremece, el verde se desprende, se ennegrece el vergel. Se les ve perder el esplendente ser: Esther envejece, Efrén precede. El brete es de meses, de repente entrevé en el celere presente encenderse el éter: es el Rebelde.¡Esther, Efren, espérenme!... Serénense... Desenrédense de ese temple, peleen. Es menester se destete. El Jefe es endeble. Dejen de temerle, es celeste, depende del creer, del tenerle fe... ¿Preñez? ¡Déjele!, entérense: se prevee... ¿Merecer el jerez? ¡Déjele! Se emprende... de este enser emerge excelente jerez... Estrenen el entender rebelde, creen enseres. Eleven este terrestre edén, céntrense en él. Es breve este entremés, embelésense, deséense, desde este mes se pertenecen, les pertenece el excedente, llénense, bésense, rebélense. ¡Es menester vencer!

viernes, agosto 07, 2009

Las Vocales Malditas

Las Bocales malditas es un libro con 5 cuentos escritos por Oscar de la borbolla, las cuales tienen un gran sentido de humor negro y gran ingenio.

Esto es una muestra de su trabajo, la letra A.

Una historia de peleas e infidelidades matrimoniales y asesinato, contada solo con palabras que contienen la primera de las vocales.

CANTATA A SATANÁS
Abraham amaba a Sara cada mañana clara: pasaba la manaza, arañaba la lana, arrancaba la bata, la abrazaba; clavaba las garras hasta matarla.
Sara atarantada, callaba harta.
Abraham la cansaba. "Ya nada habrá," (mascaba.)
Tras la sábana, ama a la mala; ataca, aplasta, brama.
Abraham acababa, apartaba la cara, jamás apagaba la flama a Sara, gran dama avasallada; daba palmadas a la santa, la llamaba "alma"; mas jamás la agradaba.
Facasaba la casa blanca, la sagrada paz.
Sara maltrataba a Abraham: "¿Habrá raza más mala para la cama?", ladraba.
Abraham agarraba la garganta a la casta casada, la arrastraba a la sala. Sara sacaba las palabras más bravas, las dagas pasmaban la faz al papanatas.
La batalla avanzaba hasta alarmar a Satanás:"!Sarna! !Alacrán fatal!" ...bramaba Abraham."!Can! !Patán anal!" balaba Sara.
Mas avanzada la mañana, para hallar más armas, arrasaban la casa, a la par lanzaban lámparas, tazas, navajas hasta sangrar. Para acabar la tanda, las almas atacaban. Las bravatas, tragaban carcajadas amargas, ataban máscaras aplacadas a la cara.
"¡Andá haragán, a trabajar para ganar la plata!", cantaba avara Sara, amarrada a la más vana maldad: mandar para calmar la falta, agachar al canalla, calar más.
Abraham, fantasmal facha, agarra la pala, zafa la aldaba, baja a la calzada, pasa la barranca hasta hallar la cabaña.
Allá pagaban tan mal.Mas Abraham cargaba las trancas más anchas, alzaba las bardas más altas, amasaba argamasa, clavaba tablas, trazaba largas zanjas.
Trabajaba hasta abaratar la paga. Magna tranza. Tan gran afán para nada, la grasa baña las barbas a Abraham; mas la talla, nada más agranda la panza al capataz.
Sara ajada, más flaca cada mañana, lavaba la casa: arrancaba a las sábanas manchas, canas, caspa; al alzar la sala hallaba cáscaras, naranjas, tazas rajadas, latas achatadas. Asaba papas, adaptaba las aspas para machacar calabazas, aplanaba la masa, la salaba. Al planchar las maltratadas faldas aplastaba arañas, raspaba las manchadas bragas.
Mataba ratas para acabar la plaga."Abraham --habla Sara--- jamás arma las trampas. Las ratas a manadas traspasan la alambrada, a tarascadas atacan las patas a la cama, tragan la pasta... ¡Ah, malvada parca! Basta ya, basta ya. Nada salvará a Sara. Nada. Nada."Jamás manaban al trabajar gratas palabras.Cansada, harta, la gran dama nada amaba. Masacrar a las ratas. Matar a Abraham tramaba. Más apagada, blanda, lanzada al drama, nada hallaba para marchar a la paz, acabar la maraña, traspasar tanta trastada, dar mañas al plan.
Sara bajaba a la plaza, andaba al altar, llamaba para aval a Satanás, trazaba rara cábala. Las campanas acallaban las palabras; mas daban alas para pactar.
Sara bramaba: "¿Valdrán las afamadas almas tanta mala pasada?" Satán tardaba para cazar más barata a Sara, para lanzarla al mar. La amargada dama avanzaba más gradas; para jalar la balanza alzaba las palmas, aclaraba la ganga: "Vas a ganar --clamaba--, vas a ganar."
A tanta llamada, Satanás da la cara; alarga la gran carta.Sara la agarra; la halla banal, payasa, larga; mas labra la palabra "Sara" para agradar a Satanás. La Gran Cabra atrapa la carta, la lacra; saca la caja, alza la tapa, saltan salamandras, da a Sara la bala para sanar: "Marcha a la carpa --manda--, allá hallaras blanda paja, gran galán para la carnal falta."
Sara arranca a la plaza, va a la casa a amarrar la faja para bajar la panza; va a lavar las lagañas, la mala facha para amar al galán.Saca alpaca, aparta sayal, agarra canasta. "A la carga," canta. Va a la carpa, al pasar arrabal halla a la banda ATLA's HAMPA.La Llaman: "¡Acá, chaparra!" "¡Ancla las patas, pásalas!" "¿Vas al jacal, chata?"Sara, la cara grana, avanza a zancadas, va mas atrabancada. Atrás la banda la aclama.
Sara halla a Baltasar. Charlan: "Ah... ¿Satanás manda?" "Ajá".
Pasan a la cámara, atrancan la chapa, tragan pasas, alzan la garrafa, danzan.
Baltazar saca a Sara la capa, la falda, las mallas. Apagan la lámpara, aplastan la manta, acatan la carta: gran cascada, gran catarata. Alta parvada, sacras arpas...."!Baltasar!" "!Sara!" (Caravana malva, gas nácar.)"!Bárbara Sara!""!Cabal Baltasar!"Baltasar halaga a Sara, da alhajas, ámbar, ágatas; la abraza, la llama "hada"; saca la palangana, la baña. Baltasar la ama.
Abraham trabajaba. Al acabar la zanja va al bar. Jala la banca, agarra la jarra, parla nasal al capataz: "!Vaya acanalada!, hasta la pala gasta."
"Bah, tamaña pala para arar... Pasa la cana" "Allá va." "Ah..."
Abraham baja la cara a la manga. Pasa a la chava." Abraham agarra la chanza: "Ah... ¿la arrastrada? Nada más ladra... Mañana, zás." "Pásala.""¿A la amarga Sara? Ya vas..." "¿Vas a casa?" "Jamás." Abraham mas capataz arman la parranda, claman: "Más jarras, más."Acabada la hazaña, Sara apalabra a Baltasar. Van a la casa blanca. Hallan acampanada a la banda ATLA's HAMPA tras la barranca; Sara va amparada: la banda calla. Baltasar carga la canasta a Sara. Alcanzan la calzada, pasan la casa. Hallan a Abraham hasta atrás, mala cara, faz atada."Ah, malvada --brama--, chacal para bacanal." Abraham alza la pala. Sara salta para atrás. Baltasar avanza: "!Calma ganan!"Abraham saca larga daga. Satanás atrasa a Baltasar, da armas.
Salta la bala. Mata a Abraham. Las babas atascan las palabras.
Abraham va al mas allá.
Sara calma a Baltasar. Cavan gran zanja a la sala para lanzar al carcamal.Sara alaba la talla a Baltasar. Van a la cama, jalan la manta.
La mañana aclara las gargantas, cantan, danzan.Baltasar abraza a Sara: "Amada hada," la llama.

Del libro LAS VOCALES MALDITAS, Oscar de la Borbolla.

El Libro de la Semana: El Noveno Circulo


El día de hoy:
El noveno circulo escrito por Arnaud Delalande es un libro recomendable ya que tiene varios elementos que los hacen muy facil de leer y sobre todo lo lleva a uno a una epoca y aun lugar mediante los elementos que aporta el autor.La historia del libro sucede durante el carnaval de Venecia en 1756, con todo su fantasía y folclor se desarrollan una serie de asesinatos los cuales tienen como victimas personajes públicos. Pero un asesinato en particular es el que llama la atención de las autoridades de Venecia, de entre las cuales el Dux y el consejo de los 10 ponen especial atención ya que consideran que puede poner en peligro la estabilidad política de Venecia. Todos los asesinatos tienen un común denominador, La Divina Comedia de Dante Alighieri, ya que en cada crimen se encuentra una frase de la obra.El mejor investigador, un ex espía del gobierno Veneciano mas conocido como la orquídea negra, Pietro Viravolta se encuentra encarcelado por sus excesos y por el peligro que corren las esposas de los políticos con quienes saciaba sus mas carnales deseos haciéndolas adictas a el. Además sus excesos el representa un peligro por los conocimientos e información que posee sobre el consejo de los 10.Es liberado bajo estrictas condiciones, vigilado por el asesor del Dux y amigo de él Emilio Vindicati, quien le hace gozar de ciertos privilegios con tal de que resuelva el caso.El asesinato del actor conmueve a toda la sociedad ya que fue crucificado desnudo en el teatro.Las pistas que van apareciendo lo conducen hasta un sacerdote, el padre Cafelli, quien revela que existe una secta clandestina que amenazada la ciudad de Venecia. Dicho sacerdote aparece colgado del campanario por haber revelado el secreto. Los asesinatos continúan y la orquídea negra descubre una conspiración desde el propio palacio ducal.Este libro es recomendable para quienes gustan del género policiaco así como del misterio y las conspiraciones.En lo personal me agrado el que los asesinos recrearan los castigos de los distintos círculos del infierno para quitarle la vida a las victimas, es muy interesante y algo gore.El hecho de incluir a la divina comedia en una conspiración puede parecer un cliché que se utiliza últimamente en las novelas, mas sin embargo este libro es fácil de digerir y si se tienen nociones de la Comedia, resulta interesante. Intrigas, conspiraciones, torturas, traiciones, es de lo que puedes encontrar en este libro.

viernes, julio 31, 2009

Libro de la Semana NOCTURNA de Guillermo del Toro


Guillermo del Toro, director de gran imaginación, creatividad y sobretodo, con gustos macabros, publica su primer libro que será parte de una trilogía vampiresca.
Le tomo algunos años en escribir y pulir esta novela para poder publicarla. Cuenta con una imagen e historia muy buena, que se merece algunas tardes y sobretodo noches para deleitarla.
Un Boeing 777 identificado como el vuelo 753 aterriza en el aeropuerto John F. Kennedy de Nueva York proveniente de Berlín, y cuando se dirige a la puerta para que los pasajeros empiecen a desembarcar, de repente se oscurece. La torre de control pierde contacto con el piloto y toda la actividad eléctrica del aparato se corta. Parece una gigantesca lápida blanca que brilla contra el oscuro cielo de la noche. Entonces una brecha negra aparece en el fuselaje: es una puerta que se abre desde dentro con una lentitud glacial… Siempre han estado aquí. Vampiros. Anidando y alimentándose. En secreto y oscuridad. A la espera. Ahora ha llegado su momento. En una semana, Manhattan habrá desaparecido. En tres meses, todo el país. En seis meses, el mundo entero.
Al comienzo del libro destaca un homenaje a la novela Drácula de Bram Stoker.
El maestro Jusef Sardu, el protagonista el Dr. Ephraim Goodweather, del CDC (Centro de Control de Enfermedades), Abraham Setrakian un viejo prestamista, la química Nora Martinez, el ladrón Guz Elizalde, vampiros que no se ven afectados por cruces o agua bendita y utilizan un aguijón en lugar de morder, vampirismo visto como un tipo de virus, hacen de esta historia una interesante propuesta.

sábado, junio 27, 2009

Fragmento del Libro del desasosiego- Fernando Pessoa

En las vagas sombras de luz por terminar antes que la tarde
sea pronto noche, disfruto de errar sin pensar entre lo que la
ciudad se vuelve, y ando como si nada tuviese remedio. Me agrada,
más a la imaginación que a los sentidos, la tristeza dispersa
que está conmigo. Vago, y hojeo en mí, sin leerlo, un libro intersperso
de imágenes rápidas, del que voy formándome indolentemente
una idea que nunca se completa.

Hay quien lee con la misma rapidez con que mira, y concluye
sin haberlo visto todo. Así saco del libro que se me hojea
en el alma una historia vaga por contar, memorias de otro yo
vagabundo, con avenidas de parques en medio, y figuras de seda
varias, pasando, pasando.

Indiscrimino con tedio y otro. Sigo, simultáneamente, por la
calle, por la tarde y por la lectura soñada, y los caminos son
verdaderamente recorridos. Emigro y descanso, como si estuviese
a bordo con el navío ya en altamar.

Súbitamente, los faroles muertos coinciden luces en las prolongaciones
dobles de una calle larga y curva. Como un batacazo,
mi tristeza aumenta. Es que se ha terminado el libro. Hay tan
sólo, en la viscosidad aérea de la calle abstracta, un hilo exterior
de sentimiento, como la baba del Destino idiota, goteando en la
conciencia del alma.

Otra vida de la ciudad que anochece. Otra alma la de quien
mira a la noche. Sigo inseguro y alegórico, irrealmente sintiente.
Soy como una historia que alguien hubiese contado y, de tan
bien contada, anduviese carnal, pero no mucho, en este mundo
novela, en el principio de un capítulo: “En este momento, se
podía ver a un hombre avanzar lentamente por la calle de…”
¿Qué tengo yo que ver con la vida?

Nubes… Hoy tengo conciencia del cielo, pues hace días que
no lo miro pero lo siento, viviendo en la ciudad y no en la
naturaleza que la incluye. Nubes… Son ellas hoy la principal
realidad, y me preocupan como si el velarse del cielo fuese uno
de los grandes peligros de mi destino. Nubes… Pasan desde la
barra hacia el Castillo, de Occidente a Oriente, en un tumulto
disperso y desnudo, blanco a veces, se ven desharrapadas en la
vanguardia de no sé qué; medio-negro otras, si, más lentas, tardan
en ser barridas por el viento audible; negras de un blanco
sucio, si, como si quisiesen quedarse, ennegrecen más de la
venida que de la sombra lo que las calles abren de falso espacio
entre las líneas cerradas de las casas.

Nubes… Existo sin saberlo y moriré‚ sin quererlo. Soy el
intervalo entre lo que soy y lo que no soy, entre el sueño y lo
que la vida ha hecho de mí, la medida abstracta y carnal entre
cosas que no son nada, siendo yo también nada. Nubes… ¡Qué
desasosiego si siento, qué desconsuelo si pienso, qué inutilidad
si quiero! Nubes… Están pasando siempre, unas muy grandes,
pareciendo, porque las casas no dejan ver si son menos grandes
de lo que parecen, que van a ocupar todo el cielo; otras de
tamaño incierto, que pueden ser dos juntas o una que va a partirse
en dos, sin sentido en el aire alto contra el cielo cansado;
otras aún, pequeñas, que parecen juguetes de poderosas cosas,
bolas irregulares de un juego absurdo, sólo hacia un lado, en un
gran aislamiento, frías.

Nubes… Me interrogo y me desconozco. Nada he hecho de
útil ni haré de justificable. He gastado la parte de la vida que no
perdí en interceptar confusamente cosa ninguna, haciendo versos
en prosa a las sensaciones intransmisibles con que hago mío el
univeno desconocido. Estoy harto de mí, objetiva y subjetivamente.
Estoy harto de todo, y del todo de todo. Nubes… Son
todo, desarreglos de lo alto, cosas hoy sólo ellas reales entre la
tierra nula y el cielo que no existe; harapos indescriptibles del
tedio que les supongo; niebla condensada en amenazas de color
ausente; algodones en rama sucios de un hospital sin paredes.
Nubes… Son como yo, un pasar desfigurado entre el cielo y la
tierra, al sabor de un impulso invisible, tronando o no tronando,
alegrando blancas u obscureciendo negras, ficciones del intervalo
y del error, lejos del ruido de la tierra y sin tener el silencio
del cielo. Nubes… Siguen pasando, siguen siempre pasando,
pasarán siempre siguiendo, en un enrollamiento discontinuo de
madejas empañadas, en un alargamiento difuso de falso cielodes
hecho.

Una de mis preocupaciones constantes es el comprender cómo
es que otra gente existe, cómo es que hay almas que no sean
la mía, conciencias extrañas a mi conciencia, que, por ser conciencia,
me parece ser la única. Comprendo bien que el hombre
que está delante de mí, y me habla con palabras iguales a las
mías, y me ha hecho gestos que son como los que yo hago o
podría hacer, sea de algún modo mi semejante. Lo mismo, sin
embargo, me sucede con los grabados que sueño de las ilustraciones,
con los personajes que veo de las novelas, con los personajes
dramáticos que en el escenario pasan a través de los actores
que los representan.

Nadie, supongo, admite verdaderamente la existencia real de
otra persona. Puede conceder que esa persona está viva, que siente
y piense como él; pero habrá siempre un elemento anónimo de
diferencia, una desventaja materializada. Hay figuras de tiempo
sidos, imágenes espíritus en libros, que son para nosotros realidades
mayores que esas indiferencias encarnadas que hablan con
nosotros por cima de los mostradores, o nos miran por casualidad
en los tranvías, o nos rozan, transeúntes, en el acaso muerto
de las calles. Los demás no son para nosotros más que paisaje
y, casi siempre, paisaje invisible de calle conocida.

Tengo por más mías, con mayor parentesco e intimidad, ciertas
figuras que están escritas en los libros, ciertas imágenes que
he conocido en estampas, que muchas personas, a las que llaman
reales, que son de esa inutilidad metafísica llamada carne y hueso.
Y “carne y hueso”, en efecto, las describe bien: parecen cosas
recortadas puestas en el exterior marmóreo de una carnicería,
muertes que sangran como vidas, piernas y chuletas del Destino.

No me avergüenzo de sentir así porque ya he visto que todos
sienten así. Lo que parece haber de desprecio entre hombre y
hombre, de indiferente que permite que se mate gente sin que
se sienta que se mata, como entre los asesinos, o sin que se
piense que se está matando, como entre los soldados, es que nadie
presta la debida atención al hecho, parece que abstruso, de que
los demás también son almas.

Ciertos días, a ciertas horas, traídas mí por no sé qué brisa,
abiertas a mí¡ por el abrirse de no sé qué puerta, siento de repente
que el tendero de la esquina es un ente espiritual, que el hortera,
que en este momento se inclina a la puerta sobre el saco
de patatas, es, verdaderamente, un alma capaz de sufrir.

Cuando ayer me dijeron que el dependiente de la tabaquería
se había suicidado, sentí una impresión de mentira. ¡Pobrecillo,
también existía! Lo habíamos olvidado, todos nosotros, todos
nosotros que le conocíamos del mismo modo que todos los que
no le conocieron. Mañana le olvidaremos mejor. Pero que tenía
alma, la tenía, para que se matase ¿Amores? ¿Angustias? Sin
duda… Pero a mí, como a la humanidad entera, me queda sólo
el recuerdo de una sonrisa tonta por cima de una chaqueta de
mezclilla, sucia, y desigual en los hombros. Es cuanto me queda,
a mí, de quien tanto sintió que se mató de sentir porque, en
fin, de otra cosa no debe de matarse nadie… Pensé una vez, al
comprarle cigarrillos, que se quedaría calvo pronto. Al final, no
ha tenido tiempo de quedarse calvo. Es uno de los recuerdos que
me quedan de él.¿Qué otro me había de quedar si éste, después
de todo, no es suyo, sino de un pensamiento mío?

Tengo súbitamente la visión del cadáver, del ataúd en que le
han metido, de la tumba, enteramente ajena, a la que tenían que
haberle llevado. Y veo, de repente, que el dependiente de la
tabaquería era, de cierta manera, chaqueta torcida y todo, la
humanidad entera.

Ha sido tan sólo un momento. Hoy, ahora, claramente, como
hombre que soy, él ha muerto. Nada más.
Sí, los demás no existen… Es para mí para quien este ocaso

remansa, pesadamente alado, sus colores neblinosos y duros. Para
mí, bajo el ocaso, tiembla, sin que yo le vea correr, el río grande.
Ha sido hecha para mí esta plaza abierta sobre el río cuya marea
se acerca. ¿Ha sido enterrado hoy en la fosa común el
dependiente de la tabaquería? No es para él el ocaso de hoy. Pero, de
pensarlo, y sin que yo quiera, también ha dejado de ser para mí…

No creo en voz alta en la felicidad de los animales, sino
cuando me apetece hablar de ella como marco de un sentimiento
que es la suposición derivada. Para ser feliz es necesario saber
que se es feliz. No hay felicidad en dormir sin sueños, sino
solamente en despertarse sabiendo que se ha dormido sin sueños.
La felicidad está fuera de la felicidad.

No hay felicidad sino con conocimiento. Pero el conocimiento
de la felicidad es infeliz; porque saberse feliz es conocerse pasando
por la felicidad, y teniendo, en seguida, que dejarla atrás.
Saber es matar, en la felicidad como en todo. No saber, sin
embargo, es no existir.

Sólo el absoluto de Hegel ha conseguido, en las páginas, ser
dos cosas al mismo tiempo. El no-ser y el ser no se funden y
confunden en las sensaciones y razones de la vida: se excluyen,
mediante una síntesis al revés.

¿Qué hacer? Aislar el momento como una cosa y ser feliz
ahora, en el momento en que se siente la felicidad, sin pensar
más que en lo que se siente, excluyendo lo demás, excluyéndolo
todo. Enjaular al pensamiento en la sensación, (…)
la clara sonrisa maternal de la tierra plena, el esplendor cerrado

de las tinieblas altas, (…)

Es ésta mi creencia, esta tarde. Mañana por la mañana no
será ésta, porque mañana por la mañana seré ya otro. ¿Qué
creyente seré mañana? No lo sé, porque sería preciso estar allí
para saberlo. Ni el Dios eterno en el que hoy creo la sabrá
mañana ni hoy, porque hoy soy yo y mañana quizás ya no haya
existido él nunca.

Fernando Pessoa.

jueves, junio 25, 2009

Fernando Pessoa


Fernando Pessoa.

Si después de yo morir quisieran escribir mi biografía / no hay nada más sencillo. / Tiene sólo dos fechas / la de mi nacimiento y la de mi muerte. / Entre una y otra todos los días son míos.

Fernando António Nogueira Pessoa nació en Lisboa el 13 de junio de 1888 y murió en la misma ciudad el 30 de noviembre de 1935.

Con una personalidad discreta, enfocado en el periodismo, literatura, donde desarrollo diversos heterónimos.

Su principal trabajo era el de ser traductor, y por las noches en sus ratos de descanso escribía la poesía de sus diversos autores ficticios, todo esto con diferentes estilos, voz, y modos. Sus principales heterónomos eran Ricardo Reis, Alberto Caeiro, Álvaro de Campos y Bernardo Soares, a los cuales también hacia profundas críticas y se oponía en diversas cartas que público.

Vivió gran parte de su juventud en Sudáfrica, donde adoptó la lengua inglesa en la cual se dedico a traducir, escribir y pensar.

Sus primeros contactos con la literatura inglesa que surtieron efectos en el fueron; Shakespeare, Edgar Allan Poe, Lord Byron, John Milton. Tradujo diversas obras de estos autores.

A través de su obra se dedico a crear distintas vidas (las de sus heterónomos) lo que le dio interés a sus distintas personalidades. Pessoa se convierte en algo enigmático, no se distingue cual es su personalidad.

La creación estética de Pessoa fue la invención de los heterónimos, que atraviesa toda su obra. Los heterónimos, a diferencia de los pseudónimos son personalidades poéticas completas: identidades, que, en principio falsas, se vuelven verdaderas a través de su manifestación artística propia y diversa del autor original.

Entre los heterónimos, el mismo Fernando Pessoa pasó a ser llamado ortónimo, yá que era la personalidad original. Con el tiempo, y con la maduración de las demás personalidades, el propio ortónimo se convirtió en un heterónimo más entre otros.

A través de los heterónimos Pessoa encauzó una profunda reflexión sobre la relación entre verdad, existencia e identidad. Este último factor tiene una gran importancia en la famosa naturaleza del poeta:

Con una falta tal de gente con la que coexistir, como hay hoy, ¿qué puede un hombre de sensibilidad hacer, sino inventar sus amigos, o cuando menos, sus compañeros de espíritu?.

Pessoa en diferentes ocasiones y situaciones se llegaba a presentar con el nombre de alguno de sus heterónomos disculpan o culpando al ortónimo (Pessoa en sí).
Como curiosidad el apellido Pessoa en portugués significa “Persona”.

Pessoa falleció debido a problemas hepáticos a la edad de 47 años.
La mayoría de sus obras fueron publicadas de manera postuma.

Algunas de sus obras:
O Guardador de Rebanhos (como Alberto Caeiro)
35 Sonnets
Antinous
Sonnets
English Poems
Mensagem
À Memória do Presidente Rei Sidónio Pais
Poesias de Fernando Pessoa
Obras Completas
Cartas
Poesias de Álvaro de Campos
A Nova Poesia Portuguesa
Poemas de Alberto Caeiro
Odes de Ricardo Reis
Páginas de Doutrina Estética
Poemas Dramáticos
Quadras Ao Gosto Popular
Poesias Inéditas
Páginas de Estética e de Teoria e Crítica Literária
Páginas Íntimas e de Auto-Interpretacão
Textos Filosóficos
Selected Poems from Fernando Pessoa, by Jonathan Griffin
Novas Poesias Inéditas
Cartas de Amor de Fernando Pessoa
Sobre Portugal
Libro del desasosiego
O Banqueiro Anarquista (El banquero anarquista)
Ficções do Interlúdio

lunes, junio 22, 2009

Neruda


PABLO NERUDA
Ricardo Eliécer Neftalí Reyes Basoalto mas conocido por Pablo Neruda.
Nació en Parral, 12 de julio de 1904 cerca de Santiago de Chile y murió el 23 de septiembre de 1973.

Poeta, Político, defensor y exiliado debido a las persecuciones en su país natal. Estuvo en Argentina, España, México, Francia, EU, donde siempre escribió bajo circunstancias difíciles lo cual le da ese toque melancólico a su obra.

Canto General es su décimo poemario, publicado por primera vez en México D.F., en los Talleres Gráficos de la Nación, en 1950. Esta obra la comenzó a componer en 1938. La edición original incluyó ilustraciones de los muralistas mexicanos Diego Rivera y David Alfaro Siqueiros. Esta obra consta de quince secciones, 231 poemas y más de quince mil versos. Obra ambiciosa, pretende ser una crónica o enciclopedia de toda Hispanoamérica. Según sus propias palabras era la parte central de su trabajo artístico.

La frontera
Lo primero que vi fueron árboles, barrancas decoradas
con flore de salvaje hermosura,
húmedo territorio, bosques que se incendiaban,
y el invierno detrás del mundo, desbordado.
Mi infancia son zapatos mojados, troncos rotos
caídos en la selva, devorados por lianas
y escarabajos, dulces días sobre la avena,
y la barba dorada de mi padre
saliendo hacia la majestad de los ferrocarriles.
Frente a mi casa el agua austral
cavaba hondas derrotas, ciénagas de arcillas enlutadas,
que en el verano eran atmósfera
amarilla por donde las carretas crujían y lloraban,
embarazadas con nueve meses de trigo.
Rápido sol del Sur:
rastrojos, humaredas en caminos de tierras escarlatas,
riberas de ríos de redondo linaje,
corrales y potreros
en que reverberaba la miel del mediodía.
El mundo polvoriento
entraba grado a grado en los galpones,
entre barricas y cordeles,
a bodegas cargadas con el resumen rojo del avellano,
todos los párpados del bosque.

Me pareció ascender en el tórrido traje del verano,
con las máquinas trilladoras, por las cuestas,
en la tierra barnizada de boldos,
erguida entre los robles, indeleble,
pegándose ne las ruedas como carne aplastada.

Mi infancia recorrió las estaciones:
entre los rieles, los castillos de madera reciente,
la casa sin ciudad,
apenas protegida por reses y manzanos de perfume indecible,
fui yo, delgado niño c
uya pálida forma se impregnaba
de bosques vacíos y bodegas.